Equilibrio es estar en un punto donde los extremos no nos afectan, por lo cual no caemos ni hacia un lado ni a su contrario.
En una línea recta el equilibrio será el centro; pero con objetos irregulares y desproporcionados donde hay una mayor concentración de peso en un lado que en otro, vemos que el punto de equilibrio estará más cercano al extremo más pesado. Y si se trata de comportamientos, por ejemplo el miedo o cobardía y su extremo el no-miedo o temeridad, el equilibrio será el valor y es otra cosa diferente del miedo y no miedo, siendo el valor la capacidad de sobreponerse al miedo y actuar de forma inteligente. Una condecoración al valor se entrega por actos heroicos y audaces: lo heroico es un acto duradero y lo audaz es atrevido.
Si del EQUILIBRIO MENTAL se trata, lo que buscamos es ese punto donde situaríamos al valor, punto que al decir de Aristóteles está por encima de los extremos: “arriba y hacia adelante”, como el mango de un compás está por encima de la punta fijadora y de la trazadora. Solo esa posición nos permite “ver más allá” del blanco o negro y percibir nuevas posibilidades de acción.
La mente creadora busca ser como el bastón del caduceo de Hermes, que armonice las diferentes fuerzas permitiendo colaborar entre sí, pero la dirección se la da nuestra voluntad, el pomo del bastón frente al cual se encontrarán las dos serpientes que, antes de enroscarse en él, eran enemigas.
La Mente Creativa supera los contrarios conjugándolos en una cooperación armónica, le da una dirección ascendente a nuestros proyectos, haciéndoles sobresalir del plano horizontal del blanco o negro donde se mueve la mayoría de la gente.
Y esto no se regala ni se mendiga, hay que atreverse a cambiar de paradigma y buscar nuevos colores en la vida. Como dicen los filósofos estoicos romanos: “Quien se arriesga, vence”. Y esta frase es la que adoptó el SAS, el grupo de Fuerzas Especiales del ejército británico.
Javier Saura es un filósofo y abogado español.
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